Es habitual guardar el queso rallado en su envase de plástico cuando lo compramos en el supermercado. No obstante, si lo conservamos de esta manera el queso se estropea antes y pierde su sabor.
Para guardar y conservar durante más tiempo el queso rallado envuélvelo con un paño humedecido en agua salada. Así, el queso rallado durará más tiempo y evitarás la aparición del moho.