Normalmente cuando nos disponemos a hacer un pastel en nuestra casa seguimos al pie de la letra la receta que alguien nos ha dado. Pero muchas veces no podemos explicar el motivo por el cual no nos salen tal y como aparecen en las fotos: suben mal, hundidos, secos, agrietados o bien nos queda una superficie abombada entre otros percances.
Para la elaboración de bizcochos es importante seguir tres principales pasos: medir, mezclar y hornear.
Medidas
Para medir en peso o en volumen debemos seguir las instrucciones de la receta para hacerlo con exactitud.
Debemos poner atención en la cantidad y calidad de la levadura química que incorporamos a la mezcla. Si nos pasamos con este ingrediente puede que nos salgan bizcochos caídos, y, si ponemos muy poco, obtendremos bizcochos densos y abombados.
Mezcla
Algunos de los errores también más comunes en la elaboración de los bizcochos están relacionados con el batido. Un buen pastel requiere mezclar el batido con el cuidado y el tiempo suficiente para airearlo correctamente. Es decir, combinar los ingredientes en el orden que nos indica la receta y mezclar bien para maximizar la aireación y aligerar la textura del bizcocho. El proceso de la mezcla se debe hacer en varias fases. En cada una de estas etapas hay que detenerse para raspar los ingredientes que se pegan en el recipiente y en la batidora de manera que se mezcle con la masa principal y obtengamos una mezcla más uniforme.
Horneado
La mayoría de los bizcochos se hornean a temperaturas moderadas de 160 a 190 ºC. Si es por debajo se solidifica muy despacio, y si es por encima, se tuestan antes de haberse cocinado. Para un calentamiento uniforme colocar el molde en la rejilla central del horno. Otro consejo importante para que la parte superior no se tueste tan rápido es colocar una hoja de papel de aluminio en la rejilla superior del horno o sobre el molde sin apretar.
Una vez transcurrido el tiempo de horneado, y para comprobar si el bizcocho esta hecho, se pincha el centro con un cuchillo o palillo. Si el objeto no deja residuos significa que el bizcocho está bien hecho. Es importante no abrir el horno hasta asegurarse que el bizcocho esté casi listo, de esta manera el vapor no se escapará y ayuda a que la masa del bizcocho se caliente y crezca.
Ten en cuenta que los bizcochos recién horneados son blandos y frágiles, y, al enfriarse, firmes.
A continuación te resumimos con imagenes los errores más habituales que suelen ocurrir a la hora de elaborar bizcochos.
Bizcocho que sube mal
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Hemos colocado mal la masa dentro del molde.
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Esta ladeado.
- Horno defectuoso.
Bizcocho seco
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Demasiado harina o huevo
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Se ha horneado demasiado tiempo
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Hay poco líquido
- Hay un exceso de levadura.
Bizcocho hundido
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No hay levadura suficiente o hay un exceso.
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Temperatura horno demasiado baja.
- Poco tiempo de horneado.
Bizcocho con superficie abombada o agrietada
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Batido en exceso.
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Temperatura de horno demasiado alta.
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El molde es demasiado pequeño
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Se ha colocado el molde demasiado alto en el horno
Bizcocho denso
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Mezcla demasiado líquida
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Levadura insuficiente
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Demasiado azúcar o demasiada grasa
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Horno muy lento
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Poco tiempo de horneado
Bizcocho con costra manchada
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Exceso de azúcar
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Horno demasiado bajo
- Azúcar demasiado grueso