El horno es una de las cocciones en la que podemos sacar mucho partido a los alimentos que asamos. El calor del horno hace que la carne tenga zonas tostadas y doradas y comporta que el alimento desprenda jugos sabrosos.
La temperatura del horno se tiene que seleccionar según las preferencias y según el tamaño de la pieza de carne que se vaya a cocinar. No obstante, debemos tener en cuenta que cuanto más grande es esta, más baja tiene que ser la temperatura para evitar que el exterior se haga más o se queme mientras se cuece el interior.
La carne de ave se debe cocinar con mucho cuidado ya que si se cocina la pieza entera puede provocar que determinadas partes se cocinen en exceso o no queden tan tiernas. Por eso se aconseja seguir unas pautas para la cocción al horno.
Mantener la carne tierna
Para mantener la carne tierna y conseguir una carne más sabrosa, asar el ave con la pechuga boca abajo durante la primera hora y luego darle la vuelta para dorar la piel de la pechuga. La carne del pecho del pavo, del faisán o los pichones queda muy tierna y jugosa si se asa cubierta con tiras de beicon.
Tostado de la carne
Si se unta previamente la carne con aceite o mantequilla se acelera el tostado y la cocción. En el caso que se quiera intensificar el color dorado del pollo se puede añadir un pellizco de cúrcuma al aceite que se añade para pintar la piel. Si queremos retrasar el tostado durante su cocción podemos empapar la carne con un líquido acuoso ya que de esta manera se enfría la superficie del asado a causa de la evaporación del agua.
Carne al punto
Si no disponemos de un termómetro, sabremos que la carne del pollo está a punto cuando podemos atravesarla en la zona más gruesa, y cuando sus jugos son claros y no rosados.
Reposo de la carne
Una vez se ha sacado la carne del horno, dejar reposar unos 20 o 30 minutos para que sea más fácil cortarla y retenga más jugos.
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